Zonas azules, ¿y si pudiéramos crear la nuestra?

Hace algunos años me marqué como prioridad vital estar siempre en el aquí y ahora pero, al mismo tiempo, seguir trabajando por un objetivo a más largo plazo: vivir el mayor tiempo posible, con la mayor calidad de vida.

Un día, de manera fortuita, descubrí que existían «las zonas azules«. Se trata de un concepto relativamente reciente, que se refiere a cinco lugares del mundo dónde las personas son más longevas, superan en un alto porcentaje los cien años, y gozan de más salud. Estos lugares son: la isla de Icaria (Grecia), la isla de Okinawa (Japón), la península de Nicoya (Costa Rica), la provincia de Ogliastra (Cerdeña, Italia) y Loma Linda (California).

Dan Buettner, periodista y miembro de National Geografic Society , investigó esos lugares y ha sido actor principal en su difusión. En su libro, El secreto de las zonas azules,  cuenta cómo los habitantes de estos lugares consiguen no solo una mayor longevidad sino una vida mejor y más sana. Cuenta también cuáles son los nueve aspectos comunes que podrían constituir la clave de estas zonas azules:

1. Moverse de modo natural. No son personas que hagan deporte de manera excesiva pero, en su actividad diaria habitual están en permanente movimiento.

2. Tienen un propósito, una razón para levantarse cada mañana, más allá del trabajo. Tener un propósito podría alargar siete años la esperanza de vida.

3. Bajar el ritmo mental. Tienen estrés, como en otros lugares pero cuentan con rutinas diarias para deshacerse de ese estrés.

4. Comen con moderación en general y de manera muy frugal hacia el final del día.

5. Tienen una dieta basada en vegetales y legumbres, con consumo muy moderado de carnes.

6. Con frecuencia beben vino u otras bebidas alcohólicas diariamente. El truco está en hacerlo para acompañar alimentos y solo una o dos copas al día.

7. Están en la «tribu» adecuada, es decir, eligen círculos sociales con personas que cuidan su salud.

8. Forman parte de algún tipo de comunidad religiosa.

9. Dan prioridad a sus seres queridos e invierten su tiempo en ellos.

Dan Buettner da en su libro algunas claves para construir nuevas zonas azules, emulando aquello que ha funcionado en estas cinco. Seguramente es una teoría demasiado simplista, existen factores de otra índole que no se contemplan: medioambientales, genéticos, etc. pero ¿por qué no aplicar todo aquello que funciona a nuestro día a día?

Mi idea de construir mi zona azul tiene mucho que ver con las investigaciones de Dan Buettner. Está basado en una dieta saludable, deporte, yoga, mindfulness, relaciones personales felices y el cuidado interno y externo a través de productos naturales. De todo eso escribiré en esta sección del blog, no con ánimo de prescribir nada de lo que practico, ya que no soy profesional de la salud, sino para compartir mis aprendizajes y mi experiencia.

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